Marta y la bicicleta

El cuento de Marta y la bicicleta, editado por Siruela me ha sorprendido gratamente. Un cuento que no dejará indiferente a nadie y que puede ser muy útil hoy en día.

Esta historia es ideal para hacer que los niños aprendan a luchar por aquello que realmente quieren, por aquello que les gusta y les motiva, independientemente de lo que la gente a su alrededor diga. Es un cuento en el que se muestra como la perseverancia y el tesón nos pueden hacer llegar a nuestro objetivo.

Marta es una vaca peculiar, una vaca poco conformista que además es diferente a las demás. Vive junto a las amigas en su cercado. Al lado de este pasa una vía y todos los días ven pasar el tren. A Marta no le gustan porque hacen mucho ruido, mientras que sus amigas, sin embargo, disfrutan soñando y viendo pasar trenes. Un buen día, Marta ve pasar una carrera ciclista por su cercado, y decide que ya está bien de ver trenes pasar, que quiere aprender a montar en bicicleta, así que se va en busca de todo lo necesario para hacerse ella misma una.

En el taller de su dueño, el señor Pincho, monta su bicicleta y empieza a practicar. Su tesón le hace llegar a dominar la bicicleta, y cuando ya lo tiene claro participa en una carrera ciclista de la que resulta ganadora.

Este cuento me parece ideal para niños a partir de cinco años por la cantidad de texto que tiene, pero se puede adaptar perfectamente a niños más pequeños habituados a la lectura de cuentos y que disfruten con ellos.

Además, como dice la historia, Marta es una vaca diferente, nada tiene que ver con las vacas blancas y negras. Ella es una vaca naranja, pero una vaca aceptada por sus amigas, y con la que conviven todas sin problemas porque la diversidad es buena y nos lleva a aprender los unos de los otros. Con esto fomentamos en nuestros hijos la aceptación y el respeto a sus iguales, independientemente de sus gustos, procedencia, etc. La historia refuerza el mensaje de que todos somos iguales y debemos respetar a todos por igual.

La edición de Siruela está encuadernada en cartoné y el papel de las páginas interiores es de buena calidad. Las ilustraciones de Albertine son originales y coloridas, con gran plasticidad en el reflejo del movimiento. En mi caso, me atrae mucho la propia Marta y sus acrobacias con la bicicleta. Unas ilustraciones detallistas que ayudan a los más pequeños a seguir la historia, de ahí que se pueda contar a menores de seis años.

Aunque se trata de un libro editado originalmente en el año 2002, estamos ante un título fresco y adaptado a los gustos de los lectores actuales, que mantiene su modernidad aun cuando podemos considerarlo un clásico. Una buena opción para diferentes edades, divertida y con interesantes mensajes que transmitir a nuestros pequeños.