Mamá, no puedo dormir

Mamá, no puedo dormir es el título de un libro ilustrado de Brigitte Raab y Manuela Olten, editado por Takatuka, que refleja una situación que muchos hemos vivido como padres en más de una ocasión: hijos o hijas que no pueden (o no quieren) dormir cuando llega la hora de ir a la cama. Con ciertas dosis de humor y con una base de conocimiento del mundo animal que podremos transmitir a nuestros pequeños cuando les contemos esta historia, se trata de una lectura recomendada para niños y niños a partir de 2/3 años en adelante, abarcando fácilmente la franja entre los 3 y 6.

La protagonista de nuestra historia no puede dormir. Su madre, al pie de la cama, le dice que lo intente de nuevo, que todos dormimos y que conseguirá conciliar el sueño. Como ejemplo, le cuenta que los leopardos -en referencia a uno de los peluches de la niña- duermen sobre la rama de un árbol. La niña trata de imitar este comportamiento, pero vuelve a reclamar a su madre al ver que no le sirve como pauta para dormirse. En sucesivos intentos, la madre le explica a su hija como duermen las cigüeñas, los peces, los murciélagos, los patos, los perros y, por último, las jirafas. En todos los casos, varios elementos comunes: la niña intenta dormir como lo hacen estos animales (siempre sin éxito) y la madre le explica que cada uno tiene una forma distinta de dormir antes de pasar al siguiente ejemplo. Tal y como indicaba anteriormente, las curiosidades sobre la forma de dormir de estos animales que la madre le transmite a su hija nos pueden servir para que nuestros bichitos tengan un acercamiento al mundo animal y un conocimiento del mismo más complejo que el mero hecho de saber el nombre de un animal al verlo dibujado o fotografiado.

Hay otro elemento en la historia que creo que hay que reseñar. Se trata de la paciencia de la madre. Que un niño o niña no se duerme puede ser una de las situaciones más estresantes en la crianza de nuestros hijos. La madre de esta historia demuestra que no es necesario presionar a los pequeños para que concilien el sueño, sino simplemente acompañarlos en el proceso y ayudarles a relajarse para que puedan dormirse. Sin amenazas, sin reproches, sin enfados, simplemente entendiendo la situación y obrando en consecuencia. Un mensaje que deberíamos tener muy presente.

La historia es divertida y educativa, como había comentado anteriormente. El texto se plasma en dos tipografías diferentes: una más infantil para la niña y otra de palo seco, más formal, para la madre. Ambas son fácilmente legibles y no supondrán un problema excesivo para los primeros lectores. Las ilustraciones son agradables, repletas de detalles que enlazan la casa de las protagonistas con los espacios en los que viven los animales cuya forma de dormir descubrimos. La edición de Takatuka de tapa dura tiene unas medidas de 28 x 25 cm. y buenas calidades de papel y de impresión.

En nuestro caso, se lo hemos leído varias veces a nuestra pequeña (2 años y 9 meses) no antes de dormir, sino durante el día, y he de reconocer que ha sido todo un éxito. Nos lo ha pedido en más de una ocasión y disfruta con la historia y la manera en la que contamos, deteniéndonos muchas veces en los detalles de las ilustraciones o en los animales que aparecen reflejados. Es por ello que os lo recomendamos y que creemos que os aportará buenos ratos de diversión en casa.