El secreto de Blef
En primer lugar comentaros que esta va a ser la primera de una serie de tres entradas de la Colección: Los tentáculos de Blef editado por Los emonautas.
El secreto de Blef es uno de los cuentos de la colección para hablar de emociones, y me ha encantado. Lo más gracioso es que a mi hija, que cumplirá 3 años en noviembre, también le ha gustado, y se ha sentido identificada. Os cuento para que lo entendáis.
¿Hay algo más importante que mostrar tu amor o cariño por alguien como tú quieras y lo que es más importante cuándo tú quieras? Pues bueno, por ahí van un poco los tiros de este cuento.
Blef va a un colegio en que todos los niños son humanos excepto él, pero no sólo le diferencia esto de los demás niños sino sus labios. Y a partir de ahí empieza la historia que nos ayuda a hacerles comprender a los niños que no se deben sentir obligados a darle besos a nadie porque se los pidan.
Para mí, personalmente, este tema es de los que me agobian bastante. Me da mucho coraje cuando voy por la calle y las vecinas de la calle de mis padres, porque me conocen a mi de siempre, le piden a mi hija que les de un beso, yo me pregunto: ¿Por qué?, ¿Usted cree realmente que esta niña que la ve de uvas a peras va a tener ganas de darle un beso porque se lo pida?, no es por ser maleducada pero me entran ganas de ignorar a todos y no saludar a nadie. Cada vez es la misma historia, una señora mayor o una amiga de mis padres que le pide un beso a Ariadna, y ella, como siempre, dice que no, a menos que sea una persona con la que realmente tenga confianza y le apetezca. Y lejos de callarse, siguen insistiendo en el dichoso “besito”.
Los besos se dan a quienes realmente quieres y cuando te apetece, y esto es lo que les enseña a los niños este cuento.
En cuanto al lenguaje y las ilustraciones son perfectas para los peques. Yo soy de contar historias enfatizando, teatralizando, etc, y la verdad que esta historia nos da cancha para hacerlo.
Blef es un ser entrañable y mi bichejo se ha enamorado de él desde el minuto uno. La historia es muy visual, y los niños pueden contártela luego, a su manera, aunque no sepan leer, porque realmente las imágenes dan para eso y más.
Me gusta mucho el hecho de que estos libros están revisados por dos psicólogas-psicoterapetuas infantiles, y que llevan una guía para los padres con ideas y pautas para reforzar la gestión de las emociones y el mensaje de la historia con ellos.
Aún así, no puedo ser 100% positiva en cuanto al cuento, pero ya os digo que es un detalle mínimo, que simplemente con el boca a boca se puede suplir, no me parece correcta la categorización por edad. En el propio libro pone que es a partir de seis años pero yo pienso que este libro se puede contar antes, y además, es necesario hacerlo antes. Los niños, desde muy pequeños, se ven sometidos a esta presión de los besos, y a mi me parece muy importante que sepan que no están obligados a ello, por tanto es un tema que afectará a muchas familias mucho antes de los seis años de los niños. Yo desde luego lo englobaría en el rango de 3 a 6 años, como comenté antes, mi hija de casi tres años lo entiende y empatiza a la perfección porque se ve en esa situación muchas veces.
Compramos estos libros con muchas expectativas en ellos, y las han cumplido de sobra. Un diez para todo el equipo que conforma los emonautas.
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