Cuchi, cuchi
Émile Jadoul es un escritor belga del cual ya hemos reseñado con anterioridad en Bichitos Lectores un título que a nosotros nos encantó, Las manos de papá. Recientemente, sacamos de la biblioteca otra de sus propuestas, que satisfizo a la perfección nuestras expectativas: Cuchi, cuchi. Es el tercer título de la colección Texturas, publicada en castellano por Edelvives y que incluye otros libros como Es mi casa, Mi gorrito, ¡Al agua, patos! o ¿Quién está ahí?, entre otros.
Cuchi, cuchi es un cuento de estructura repetitiva, con un formato en el que en cada página izquierda encontramos un material con una textura diferente, relacionado con un animal que se esconde en el formato de la página derecha, que en realidad es doble y al desplegarla nos muestra la sorpresa que oculta. Siempre se hace la pregunta: “¿A quien le hacen cuchi cuchi en… (una parte del cuerpo)?”, al tiempo que se nos muestran unas patas, un pie, un rabito, todos hechos de diferentes texturas, como decíamos anteriormente, para que los niños toquen y experimenten. Cuando desplegamos la página de la derecha, vemos el animalito completo, del cual conocemos su nombre con un texto rimado, por ejemplo: “A Amaranta la elefanta“.
Mediante esta fórmula los niños van descubriendo animales y texturas, al tiempo que se divierten con las rimas. Todos sabemos que la mayoría de los y las peques tienen especial interés por los animales, por lo que este simpático libro es una forma muy divertida de que vayan conociendo algunos, cómo son, etc. Al tener poco texto y una estructura repetitiva, Cuchi, cuchi permite que antes o después el niño adopte una actitud activa y protagonista a la hora de contar el cuento, bien siendo él mismo quien lo explique, bien respondiendo a las preguntas que se formulan.
Cuchi, cuchi guarda sorpresas hasta el final. Durante todo el cuento vemos como unas manitas de niño hacen cosquillas a los animales. Al final se pregunta: “¿A quién hacen cuchi cuchi por todas, todas partes?“, y al destapar la solapa podremos sacarles una carcajada a nuestros peques, porque habrá llegado el momento de hacerles “cuchi, cuchi” a ellos. Un divertido cierre para una libro que seguramente contaremos en más de una ocasión cada vez que queramos leerlo con nuestros hijos e hijas.
Las ilustraciones de Émile Jadoul son coloridas, con un aire infantil que las hace muy atractivas para los peques. A lo largo de su dilatada carrera, Jadoul ha consolidado un estilo plenamente reconocible, que encaja muy bien en publicaciones como esta, dirigidas a niños y niñas de entre 0 y 3 años. La edición que ha caído en nuestras manos, fue publicada en agosto de 2013. Se trata de un volumen encuadernado en cartoné, con unas dimensiones aproximadas de 18,5 x 15 cm. El formato se caracteriza tanto por las dobles páginas a las que hemos hecho referencia antes como por los elementos con diferentes texturas que permiten al niño o niña descubrir el mundo a través del sentido del tacto. Aunque la calidad de los materiales no es mala, siempre me ha molestado que los libros de solapas como este suelen tener el lomo muy flojito y acaban desgastandose por ahí.
Cuchi, cuchi, al igual que el resto de títulos de la colección Texturas, me parece un cuento muy recomendable, como decía anteriormente, para niños entre 0 y 3 años. Una propuesta sencilla, pero bien trabajada, que se convierte en un juego en manos de nuestros hijos e hijas.
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